Los asexuales son aquellas personas que no tienen demasiado interés por el sexo, o que este es nulo. No son ni personas reprimidas, no tienen un trauma del pasado ni están haciendo celibato voluntario.
La asexualidad puede corresponder a un perfil de persona que no se suele masturbar con frecuencia (o, quizá, ni tan siquiera lo haga), que no tiene ninguna prisa por tener relaciones sexuales con su pareja, o que no consumen contenido pornográfico a través de Internet.
También pueden ser personas que tarden bastante tiempo en tener una pareja, y básicamente es porque no tienen la necesidad de encontrarla, no sienten esa presión social que experimentan la mayoría de las personas.
Asexualidad: ¿Podríamos estar hablando de la cuarta orientación sexual?
Considerando la línea de heterosexualidad, homosexualidad y bisexualidad, algunos ya piensan en la asexualidad como la cuarta orientación, aunque todavía no hay una decisión firme al respecto.
Lo cierto es que esto no es algo nuevo de estos momentos, aunque si que es ahora cuando se le pone nombre.
Todavía no hay muchos estudios sobre este tema; los que hay son escasos e inconclusos en datos como para poder extrapolar alguna conclusión.
Encontramos una primera referencia a la asexualidad en el año 1948. El doctor Alfred Kinsey estudió a un grupo de personas de los EEUU que no sentía ningún tipo de atracción sexual. El doctor elaboró lo que denominó como la escala Kinsey, formulada en el año 1948. En la misma formulaba hasta 6 grados de comportamiento; de la misma, el 0 se refería a la heterosexualidad completa, mientras que el 6 era la homosexualidad completa.
Un estudio conocido titulado como Asexuality: prevalence and associated factors in a national probability sample en el Journal of Sex Research, llevado a cabo por el doctor Anthony Bogaert en el año 2004 determinó que tan solo un 1% de la población podrían incluirse dentro de este colectivo.
Este estudio entrevisto a 18.876 personas de Reino Unido en relación a sus hábitos sexuales.
En torno a un 1,05% contestó que no sentía ningún tipo de atracción sexual hacia otra persona.
Es importante tener claro que los asexuales no rechazan por completo el sexto, pero si que es cierto que pueden forzar las cosas, aunque en ese momento no les apetezca.
Todavía hay mucho que investigar sobre la asexualidad para poder saber más sobre esta condición y extraer algunas conclusiones.